viernes, 9 de enero de 2009

Sinfonía sinestésica con solo de clave en clave de sol (breves variaciones de retrato de un joven constructor)

La radio, irritante, irradiaba radianes y hacía la tarde radiante, a pesar de los rayos.
Todo gracias a la lúdica locura de la voz locutada del locutor: lugar de luces.
El traqueteo dejaba en trance, ya que el transporte traducía a Trane.
Mi murciana movía la mocha: mímesis como movimiento musical y del mismo modo mareo modélico.

El experto experimentaba una especie de expiación al espiar su vida privada.
Comentaba que en la colección de compactos del que ya era un clásico
escondía estéticas menos estudiadas:
popurris, pasodobles, populares...


Camino y Camarón. Camino conducía cuando Camarón cantaba. Charlie
Parker ponía las puntadas a su palíndroma y pusilánime permanencia en el planeta
saxofónico del sexo y las sesudas simientes de la senectud silente.
Héroes haberlos haylos. Hablar de heroínas es Hotra historia hábil.



1 comentario:

  1. A qué otra cosa aspiramos que a jugar con las palabras. Algunos juegan a ser sesudos y tal vez metafisicamente más profundos (lo cual es una ventaja en ciertos chats de ambiente), incluso me atrevería a decir que algo más llorones. Y sin embargo otros juegan a ejecutar ejercicios lúcidos, que no lúdicos, como abigarrados paisajes de lo que existe pero no sabíamos encontrar. Lo bueno de esto es que mientras uno juege, los demás también disfrutamos.

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